Foro Regional Sobre Retos de la Comunidad LGBTIQ+ en Panamá

El 15 de noviembre se llevó a cabo un Foro Regional sobre los retos de las personas LGBTIQ en Panamá. Este foro se realizó en el Hotel W, organizado por la Fundación Iguales, con el auspicio de la Embajada Británica y del Reino de los Países Bajos, así como de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Participaron expertos panameños e internacionales, activistas y miembros de la Sociedad Civil. Pau González, miembro fundador de PFLAG Panamá, estuvo como panelista, representando a los hombres trans de Panamá.

https://www.tvn-2.com/nacionales/Realizan-Panama-regional-comunidad-LGBTIQ_0_5442955740.html

Cómo se Encuentra Panamá en la Encrucijada Mundial de los Derechos LGBTQ

Por: Adolfo Berrios Riaño (Publicado en inglés en The Advocate, 1 de noviembre). Traducido del inglés por Marielba Velandia L.

Indi Lucía no puede usar el baño de mujeres. La última vez que lo hizo, alguien la grabó. Una vez anterior, un compañero de trabajo la reportó con Recursos Humanos. Ella es una mujer trans en Panamá, una nación que, hasta 2008, consideraba la “sodomía” como una ofensa criminal.

Panama City se encuentra frente al Océano Pacífico. Las olas llegan suavemente al área de la bahía, rompiendo a los pies de rascacielos monumentales. Vista desde arriba, docenas de barcos salpican el paisaje marino, a medida que se dirigen hacia el Canal. Les tomará menos de un día completar su recorrido hacia el Océano Atlántico y entregar sus mercancías al otro lado del mundo.

Esto es lo que hace famoso a mi país. Un canal, un puente entre océanos, un punto de tránsito e intercambio. Es un país diverso y vibrante. También tiene prejuicios extremos contra las personas LGBTIQ, especialmente hacia las personas transgénero. En efecto, son ciudadanos de segunda clase. Peor aún, la ley apoya esta discriminación.

Panamá, una de las economías más pujantes de Centroamérica, actualmente tiene una de las legislaciones más atrasadas del continente, en cuanto a derechos LGBTIQ. Estas personas tienen poca protección legal contra la discriminación, y la policía considera su existencia como una ofensa grave. Los cambios a la Constitución que se están discutiendo, podrían empeorar las cosas más.

Todo comienza con la Constitución. La Carta Magna de Panamá no contempla ninguna protección específica para las personas con diferente identidad sexual u orientación. El Código de Familia, un texto legal que dicta asuntos familiares, estipula específicamente que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Así que el matrimonio de personas del mismo sexo es ilegal.

La adopción tampoco es una opción para las parejas del mismo sexo. En un caso, una pareja gay se casó en el exterior y adoptó un niño. Están luchando para que su hijo pueda obtener la ciudadanía panameña,ya que la ley no los reconoce como sus legítimos padres.

En este momento, Panamá está en el proceso de reformas constitucionales masivas. Entre las propuestas está incorporar a la Constitución, la definición de matrimonio como únicamente la unión entre un hombre y una mujer, no sólo en el Código de Familia. Otra reforma estipularía que las leyes internacionales nunca se podrían considerar superiores a las propias leyes de Panamá.

Esto último, viene del temor de muchos grupos conservadores y religiosos, que han observado la tendencia mundial en que las Cortes Supremas de muchos países como Estados Unidos, México y Colombia, han legislado a favor del matrimonio entre parejas del mismo sexo. En Panamá, hay tres demandas ante la Corte Suprema, en relación a este tema y hay mucha expectativa acerca de cuál será la decisión final.

Indi Lucia es animadora 3D y diseñadora gráfica trabajando para La Cáscara, que es un show de comedia en televisión, hecho de parodias acerca de personajes panameños populares. Se representan insultos homofóbicos para conseguir risas. Incluso, hay efectos de sonido para burlarse de alguien por ser afeminado.

Cuando ella comenzó a trabajar allí, Indi Lucía usaba su nombre de nacimiento y no había comenzado a transicionar socialmente aún. Era común escuchar comentarios de pasillo y no era raro que escuchara algún chiste acerca de su vestimenta o la vez que se maquilló para ir a la oficina.

Finalmente, le dijo a su jefe, uno de los principales bromistas, que ella era una mujer y deseaba ir al trabajo vestida como tal.

Las risas pararon. Sorprendentemente, a pesar de las bromas de mal gusto, su jefe se mostró comprensivo. Pero no todo el mundo en la oficina lo fue. Las compañeras se quejaron ante Recursos Humanos, por su uso del baño de mujeres y podía escuchar risas y burlas a sus espaldas. A veces, cuando entraba en una habitación, se hacía el silencio, seguido por el zumbido de los comentarios. Prácticamente no hay protección legal para Indi Lucía.

Las políticas Anti- discriminación para proteger a las personas LGBTIQ, se dejan en manos de las compañías privadas. Si Indi Lucía tratara de presentar una queja al Ministerio del Trabajo, tendría que presentar evidencia ampliamente documentada, acerca del odio y discriminación. Lo más probable es que algún empleado católico devoto o evangélico, sería el responsable de aceptar o descartar la queja. Es un trabajo de Sísifo, un esfuerzo aparentemente sin sentido, que requiere enorme fuerza y valentía.

La discriminación amenaza comúnmente la vida de las personas LGBTIQ en Panamá. A pesar de que no hay estadísticas en relación a los crímenes de odio, femicidios de mujeres trans, violaciones relacionadas con la identidad de género o acoso laboral, hay muchos testimonios.

Venus Tejada, presidenta de la Asociación Panameña de Personas Trans (APPT), ha reportado testimonios acerca del uso de gas pimienta por parte de la policía, contra mujeres trans en las calles. Algunos casos fueron documentados en video y compartidos por la redes sociales. De acuerdo al Manual Interno oficial de la Policía Nacional, ser homosexual es una ofensa grave que amerita despido directo. Entonces, si Indi Lucía o cualquier persona LGBTIQ se siente insegura, no hay ninguna garantía de que obtenga ayuda de la policía. De hecho, podría terminar siendo apresada arbitrariamente en custodia temporal.

Esto no es hipotético. Menos de un par de meses después de comenzar su transición, Indi fue acosada en un autobús público, e incluso por un conductor de Uber que la veía como una oportunidad para cumplir su fantasía sexual y se lo dijo explícitamente. ¿Adónde vas cuando la policía considera que tu existencia es un “delito grave”? ¿A quién recurres cuando la iglesia te señala como un pervertidor de valores y predica tu condenación eterna? Cuando sus representantes gubernamentales se inclinan ante una cruz y se comprometen a proteger a las “familias tradicionales”, ¿a dónde puede dirigirse para salvaguardar sus derechos, su seguridad, su dignidad?

La primera pregunta que se hizo al Presidente Laurentino Cortizo cuando recibió los resultados de las elecciones fue si apoyaría a las familias tradicionales. Levantó la vista, abrió los brazos hacia su esposa e hijas y respondió: “Mírenme. Laurentino Cortizo es un hombre de familia.” Indi Lucía es una de las muchas. Es una amiga, una hija, una profesional trabajadora y que paga impuestos que todos los días y que hace de Panamá un país increíble, un puente entre mundos, entre corazones. Se merece algo mejor.

10 Consejos para Padres con Hijos LGBTIQ+

No Se Trata de Tí

Es normal que sientas que la situación es muy fuerte y te cuesta lidiar con ella. Pero recuerda que se trata de tu hijo/a, no de tí. Lo importante es la persona que está “saliendo del closet”. Para hablar contigo debe haber pasado por dudas y temores y si lo dice, es porque ya lo ha pensado bastante y está seguro. Enfócate en la persona que importa en este momento

Date Tiempo

Puede que no le lo esperaras y te tomara por sorpresa. Si te sientes muy abrumado, haz un esfuerzo por mostrar apoyo y después toma tu tiempo para pensar y procesar la información. Seguramente tenías ciertas expectativas con tu hijo o hija, pero los hijos tienen su propia vida y su propia forma de ser y ver la vida. No le muestres decepción y comunícate con él/ella de la forma más sana posible.

Acude a un Profesional

Si sientes que necesitas ayuda, acude a un profesional. Recibir ayuda de psicólogos y grupos de apoyo es lo más recomendable para toda la familia. No acudas a grupos que piensan que tu hijo o hija puede ser “curado”. Hay todavía grupos homofóbicos que creen en las terapias de conversión. Tu hijo/a no está enfermo/a ni dañado/a. Desde hace muchos años la Organización Mundial de la salud no considera la homosexualidad una enfermedad mental y desde 2018 tampoco el ser “trans”.

Edúcate

Lee información actualizada, seria y científica. Nadie se educa en este tema con antelación y es importante educarse. En nuestra página hay folletos descargables de organizaciones seria y responsables, acerca del tema LGBTIQ.  (www.pflagpanama.wordpress.com). L información es enemiga de la discriminación.

No es una Etapa o “Fase”

No le digas a tu hijo/a que seguramente está pasando por una etapa y ya se le pasará. No es así. Estarías desestimando sus sentimientos y su identidad. Simplemente acompáñalo en ese proceso de descubrirse y definirse internamente. Ten paciencia.

Su Hogar, su Refugio

Asegúrate de dejarle claro a tu hijo/a que en casa siempre será bien recibido/a y estará seguro/a. Que tiene un lugar donde ser él/ella mismo/a sin objeciones. Que el ambiente familiar sea de apoyo y cariño. Que tu casa sea un lugar donde tu hija o hijo  se sienta a salvo. Que nunca escuche comentarios homofóbicos y promueve en los miembros de la familia el buscar la información adecuada, verdadera y actualizada.

Respeta sus Decisiones

Si la persona ha manifestado no sentirse conforme con los estándares de género que impone la sociedad, asegúrate de preguntarle cuál pronombre prefiere. De nuevo, se trata de él/ella, y es posible que aun cuando salen del armario todavía estén en proceso de descubrirse. Así que, si tienes dudas, pregunta. Pero de forma sensible.Ten paciencia. Asegúrate de saber y respetar las preferencias de la persona.

No Pongas Etiquetas

La sociedad nos tiene configurados para ponerle etiquetas a todo, y para encasillar a las personas en categorías.Así que, una vez hagas tu investigación sobre la comunidad LGBTIQ+, posiblemente sientas la necesidad de etiquetar a la persona.Inclusive dentro de la comunidad, cada quien es diferente. Como en todo, cada cabeza es un mundo.Lee todo lo que necesites sobre la sexualidad de tu hija o hijo, pero la comunicación es lo que te hará entenderle mejor.

Ser Neutral no es necesariamente bueno

No decir nada malo no es igual a apoyar. A veces el no decir nada bueno es una señal clara de rechazo, aunque tampoco te expreses de forma negativa. Es importante que le dejes claro a tu hija o hijo que le quieres y le apoyas. Que le aceptas exactamente por quien es. No te pedimos que hagas un desfile, pero no pierdas la oportunidad de recordarle todo el amor que le tienes.

Su Sexualidad no Cambia a tu Hijo/a

La orientación sexual y la identidad de género son  sólo una parte de la persona. Esto quiere decir que ahora que sabes que tu hija o hijo es LGBTIQ+, no quiere decir que esto le defina, exclusivamente. Es sólo parte de quien es, parte integral, sí. Pero no es el todo. La persona sigue siendo quien era antes de salir del armario. Quizás sea más libre y feliz, pero en esencia es la misma persona que amabas con locura.

Recuerda:

Ser padre de un hijo o hija Gay, Lesbiana, Bisexual o Transexual sólo es más duro si tú lo haces más duro. No olvides que no se trata de ti. Recuerda hacerle entender lo mucho que lo/a amas. Escúchale. La comunicación es clave. Sé un buen aliado.

Diversidad Sexual en Panama

Situación Actual

Pride Panamá 2019

La homosexualidad en Panamá ha evolucionado en su situación legal, y ya no es un delito penalizado desde al año 2008, aunque las parejas del mismo sexo no tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales. La despenalización de la homosexualidad se produjo el 31 de julio de 2008, cuando entró en vigencia el Decreto presidencial Número 332 en el cual se derogó el artículo 12 del Decreto N º 149 del año 1949,​ que penalizaba las relaciones homosexuales. También se igualó la edad de consentimiento sexual LGBT con la heterosexual en 18 años de edad. Antes de esto, todo acto homosexual era considerado un delito bajo el cargo de sodomía y cuyas sanciones iban desde multas hasta prisión con penas que fluctuaban entre 1 mes y 1 año de presidio efectivo.

En Panamá aún no existe un reconocimiento hacia las parejas homosexuales. En el año 2004, se rechazó una propuesta de uniones civiles gay principalmente debido a la presión de la Iglesia católica sobre el gobierno panameño. Sin embargo, en el Tribunal Supremo hay en la actualidad cuatro demandas de parejas del mismo sexo que han contraído matrimonio en otros países y no hay hasta el momento ninguna decisión. En 2018, a raíz de la Opinión Consultiva 24, emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se esperaba mayor rapidez en las decisiones sobre el tema, pero todavía en Panamá no hay “matrimonio igualitario”, que es una de las luchas de la población LGBT en el país, para obtener los mismos derechos civiles de las parejas heterosexuales.

Panel sobre la Opinión Consultiva 24. (12-3-18)

En cuanto al tema de identidad de género, de acuerdo con la legislación vigente en Panamá, el cambio de género está amparado en el artículo 12 de la Ley No. 31 de 2006 que regula la corrección de sexo en las inscripciones de nacimiento. Previamente a esta norma ya existía la Ley No. 100 de 1974, que también contemplaba el cambio de sexo en los documentos de identificación. Sin embargo, en ambos casos las leyes aplican para los errores al momento de consignar el sexo en las inscripciones de nacimiento o en el parte clínico, por lo que las mismas no fueron elaboradas expresamente para los casos de transexualidad. Por lo tanto, las personas transgénero no pueden cambiar el género colocado en su cédula, pasaporte o cualquier documento legal, por lo cual se les presentan muchos problemas diariamente, cada vez que deben presentar dicho documento, que no coincide con la apariencia ni sentir de la persona. La ley de identidad de género es otra lucha que ya se ganó en países como Argentina, Chile y Uruguay.  

 Según la Ley de Identidad de Género, toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;

c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.

En Panamá, el Registro Civil autoriza el cambio de género sólo cuando se haya cumplido con el requisito exigido de la cirugía de reasignación de sexo.

“En diciembre de 2016, la Cancillería dio contestación a la nota enviada por la Secretaría de la CIDH, fechada el 12 de agosto de 2016, en la que presenta la solicitud de Opinión Consultiva N° 24 accionada por Costa Rica sobre el reconocimiento del cambio de nombre y los derechos patrimoniales de acuerdo a la identidad de género y orientación sexual.

En la escueta carta, de una sola página, Panamá indicó que ‘actualmente el Estado panameño no cuenta con legislación avanzada o especializada en los temas sobre cambio de nombres por razón de género ni sobre derechos patrimoniales entre parejas del mismo sexo. Sin embargo, quedamos a la espera de los resultados de la debida opinión consultiva que puedan servir de guía en estos temas tan relevantes en la actualidad’. La respuesta estuvo a cargo de Farah Urrutia, directora de Asuntos Jurídicos y Tratados de la Cancillería”. (La Estrella de Panamá, 13-03-18)

Pflag Panamá en Desfile Pride 2018

En cuanto al cambio de nombre, es posible hacerlo, cumpliendo ciertos requisitos. Ya varias personas han logrado el cambio de nombre en su cédula de identidad, aunque sigue apareciendo el género asignado al nacer.

De acuerdo a información del Tribunal Electoral, en 2016 el Registro Civil le había autorizado a 13 panameños, cambiar sus nombres de nacimiento por motivos relacionados a su sexualidad. Tres de dichos casos fueron solicitados y aprobados producto de situaciones de intersexualidad (anteriormente denominado hermafroditismo), mientras que los otros 10 cambios aprobados obedecieron a razones de reasignación sexual. Estas personas tuvieron que demostrar y comprobar ante un médico forense que tienen un sexo distinto al consignado en su inscripción de nacimiento.

Estos cambios fueron posibles porque el artículo 117 del Texto Único de la Ley de Registro Civil (Ley 31 de 2006 y sus modificaciones), lo permiten.

Por otro lado,  todo ciudadano interesado en cambiar su nombre por uso y costumbre en la identidad legal puede hacerlo, sí cumple los requisitos que estable esta ley. Por ejemplo, cada solicitante debe demostrar haber usado el nuevo nombre durante cinco años consecutivos. Este trámite implica un costo y un abogado. Sin embargo, el cambio de nombre, no necesariamente, implica el cambio de género en la cédula de identidad personal. Esto se puede dar cuando el solicitante sufre de hermafroditismo o demuestra que se realizó una cirugía de reasignación sexual.,

A pesar de que Panamá tiene retraso con respecto a otros países de América Latina con respecto a la protección de los Derechos Humanos de las personas de la diversidad sexual, se ha avanzado poco a poco. Hay mayor apertura y más inclusión en algunos sectores, se habla más del tema y hay mayor visibilidad de las personas de la diversidad. Algunas figuras públicas muestran su apoyo abiertamente y cada año surgen más organizaciones que luchan por esos derechos. Esperamos y trabajamos por un país más inclusivo y donde no exista discriminación hacia ninguna persona, por su raza, nacionalidad, color de piel, religión o por su orientación sexual e identidad de género.

Izada de la bandera LGBT 2018.
Bandera LGBT en la residencia del Embajador de Gran Bretaña. Junio 2019

¿Qué es ser Queer?

Queer para “dummies”

Tomado textualmente de: https://sentiido.com/queer-para-dummies/

Algunas personas le sumaron la “Q” a la sigla LGBTI. ¿A qué se refiere esta letra y qué tan válida es incluirla ahí? Primera parte del especial de Sentiido “Queer con plastilina”.

qué es ser queer
Grafiti encontrado en la ciudad de San Franciso (Estados Unidos) titulado: “forever queer”. Foto: torbakhopper

A la sigla LGBT, la cual se utiliza desde la década de los 90 para referirse a las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgeneristas, cada vez le suman más letras.

Una de las más recientes en llegar fue la “I” que agrupa a las personas intersexuales o aquellas que nacieron con órganos genitales tanto masculinos como femeninos.

No son pocos los que afirman que la intersexualidad (comúnmente llamada hermafroditismo) es una condición física que poco tiene que ver con las orientaciones sexuales e identidades de género diversas reunidas en la sigla LGBT. No obstante, desde hace algunos años un buen número de personas habla de población LGBTI.

De manera más reciente, se ha empezado a hablar de sectores LGBTIQ. Esta última letra se refiere a personas queerPero ¿qué es ser queer y qué tan válido es utilizar la “Q” en dicha sigla?

En el ensayo “Queer: historia de una palabra”, la filósofa española Beatriz Preciado señala: “desde su aparición en el siglo XVIII en lengua inglesa, queer servía para referirse al tramposo, al ladrón, al borracho y a la oveja negra, pero también a todo aquel que no pudiera ser inmediatamente reconocido como hombre o mujer”. Era una manera de calificar a los hombres afeminados y a las mujeres masculinas.

En la sociedad victoriana (reinado de Victoria I en el Reino Unido entre 1837 – 1901), donde se defendía “el valor de la heterosexualidad”, agrega Preciado, queer era la palabra usada para nombrar a aquellas personas que escapaban de lo heterosexual. Eran queer el maricón, la lesbiana y el travesti.

No obstante, en menos de dos siglos, la palabra cambió radicalmente de uso. “A mediados de los ochenta, empujados por la crisis del Sida, un conjunto de microgrupos decidió apropiarse de la injuria queer para hacer de ella un lugar de acción política”, afirma.

“Así, ya no era ‘el señorito heterosexual’ el que llamaba al otro ‘maricón’ sino que ahora el marica, la lesbiana y la persona trans se autodenominaban queer. La palabra dejó de ser un instrumento de represión social para convertirse en uno revolucionario”, agrega.

Carlos Fonseca y María Luisa Quintero, docentes de la Universidad Autónoma de México, explican en el ensayo “La Teoría Queer: la deconstrucción de las sexualidades periféricas”, que lo queer representa las sexualidades que traspasan las fronteras de lo aceptadosocialmente: la vida heterosexual, mo­nógama y entre personas de la misma edad y clase social, entre otros.

Una vida sin etiquetas

La palabra queer, afirman, utilizada como verbo significa ‘desesta­bilizar’ normas aparente­mente fijas. Mientras que el adjetivo queer es entendido como ‘raro’, ‘torcido’ o ‘extraño’ y no existiría sin su contraparte straight, que significa “de­recho” o “heterosexual”.

En términos generales, además de retar la heterosexualidad obligatoria (también llamada “heteronormatividad”), la teoría queer rechaza clasificar a las personas por su orientación sexual o identidad de género.

“¿Por qué habría que definirse por un gusto en la sexualidad? ¿Por qué si a una mujer le atrae un hombre tendría que definirse como heterosexual? ¿O si a una mujer le gusta alguien de su mismo sexo tendría que calificarse como lesbiana?”, se pregunta Andrea García Becerra, antropóloga, magister en estudios de género y docente de la Universidad Javeriana en Bogotá.

Fonseca y Quintero señalan que, tal como lo ha dicho la filósofa norteamericana Judith Butler, cualquier categoría de identidad, como la “lesbiana” o la “heterosexual” por solo nombrar dos, regula, controla, autoriza y, en menor medida, libera.

La palabra homosexual, agrega García, es impuesta por el poder médico desde un punto de vista patológico. Es creación de algunos médicos de finales del siglo XIX en Europa, que acuñaron este término para hablar casi que de una nueva especie de sujetos.

“Es difícil afirmar que en todo el mundo hay personas transgeneristas y que siempre han existido, porque ese es un término impuesto por el poder médico y los activistas. Es posible que en un pueblo indígena no exista esa categoría sino personas con dos espíritus. Desde 2002 se habla de personas trans. Antes posiblemente éramos locas o travestis”, asegura García.

Además de oponerse a categorías como homosexual, heterosexual y transexual, la teoría queer cuestiona las clasificaciones por género: hombre, mujer o masculino o femenino por considerarlas imposiciones. “La femi­neidad no es producto de una elección, sino de unas reglas del género”, enfatizan Fonseca y Quintero.

En el ensayo “Basura y Género. Mear/Cagar. Masculino/Femenino”, Beatriz Preciado afirma que los baños, por ejemplo, se han convertido en espacios para evaluar la coherencia de los cuerpos que allí entran, con los códigos vigentes de masculinidad y feminidad.

Preciado explica que la única señal existente en la puerta de cada baño es una interpelación de género: damas o caballeros, bigote o florecilla. “Como si hubiera que entrar al baño a rehacerse el género más que a deshacerse de la orina y de la mierda. No se nos pregunta si vamos a cagar o a mear, lo único que importa es el género”.

“En estos espacios, cualquier ambigüedad de género (pelo corto, falta de maquillaje, una pelusilla que sombrea en forma de bigote, paso demasiado afirmativo…) exigirá un interrogatorio al usuario potencial quien se verá obligado a justificar la coherencia de su elección de baño: ‘eh, usted. Se ha equivocado de baño, los de caballeros están a la derecha’”, enfatiza.

¿Personas LGBTIQ?

Así, teniendo en cuenta que lo queer cuestiona lo LGBT, resulta contradictorio hablar de personas LGBTQ. Lo queer no puede ser entendido como una categoría más de esa sigla porque está en contra de estas: busca no encasillarse ni definirse sino vivir en una fluidez constante.

“Los discursos de algunos(as) activistas que trabajan en políticas públicas y reciben un sueldo de las Alcaldías suelen ser estáticos: ‘somos una comunidad de gais, lesbianas, bisexuales y transgeneristas y organizamos plantones’. Y es importante que vayan más allá: que profundicen, por ejemplo, en qué pasa con las experiencias en género y sexualidades que no están dentro de lo LGBT”, afirma García.

Según Marta Cabrera, directora del departamento de Estudios Culturales de la Universidad Javeriana en Bogotá, es peligroso utilizar la expresión “comunidad LGBT” porque ahí no hay ninguna comunidad.

“Eso se presta para que después se llegue a extremos como decir que existe ‘una mafia o una dictadura LGBT’. Lo que sí puede haber son uniones estratégicas entre las diferentes letras”.

Ahora, el término queer no puede entenderse como sinónimo de gay o de homosexual. “Se trata, por el contrario, de resistirse a la tentación de reposar en una identidad. Propone tener una conciencia crítica constante y estar en desarrollo”, agrega Cabrera.

LO QUEER, ADEMÁS, ESTÁ EN CONTRA DE LA NOCIÓN DE LO GAY COMO UNA SOLA COSA: UN PRESUNTO MUNDO DE HOMBRES LINDOS, CON PODER Y QUE VIVEN EN CHAPINERO.

La teoría queer es el resultado de una serie de discusiones en un contexto norteamericano. “Y un ejercicio mucho más interesante sería pensar esta teoría en el ámbito colombiano, prescindiendo incluso del término queer. Siempre ha habido prácticas queer aunque sin calificarlas de esta maneraEl reto sería descubrirlas e identificar cómo algunas personas se han resistido a las identificaciones”, completa Cabrera.

También vale la pena reconocer, explica García, que muchas autoras feministas como Teresa de Lauretis o Gayle Rubin, han hecho aportes fundamentales a esta teoría sin usar el término queer.

“El feminismo tiene una vertiente que cuestiona la heterosexualidad obligatoria, identidades como la de ‘lesbiana’ y la categoría de ‘mujer’. Simone de Beauvoir, feminista y filósofa francesa, dijo en 1949 una frase que sigue siendo emblemática para la teoría queer‘no se nace mujer, llega una a serlo’”, afirma García.

Desde el lente de esta teoría, la lucha por el Matrimonio Igualitario o entre personas del mismo sexo tampoco tiene mayor sentido. Es considerada una institución excluyente por naturaleza y un intento para que todas las personas pertenezcan a un mismo sistema.

“El matrimonio ha sido un modelo de dominación que hace del cuerpo de las mujeres un objeto de apropiación por parte de los hombres. ¿Por qué no existe otra forma de reconocer derechos como la seguridad social distinta al matrimonio o a ser pareja? ¿Por qué una persona no puede afiliar a su hermana desempleada?”, dice García.

Además, según Marta Cabrera, hay temas más prioritarios que el Matrimonio Igualitariocomo pueden ser las violencias contra la población trans. También hay personas LGBT que consideran que en realidad solamente les interesa casarse a unos pocos homosexuales y lesbianas.

“Sería muy extraño que un asunto como ese formara parte de una agenda común de las diferentes letras de esta sigla. ¿Qué tanto le puede importar el Matrimonio Igualitario a los intersexuales o a las personas transgeneristas?”, pregunta Cabrera.

“Desde el punto de vista de las políticas de inmigración, la demanda de legalización del matrimonio gay refuerza el matrimonio como condición de acceso a la ciudadanía. Del mismo modo, los programas institucionales de lucha contra la ‘violencia de género’ contribuyen a una naturalización de la relación entre violencia y masculinidad”, señala Beatriz Preciado en una entrevista realizada por Jesús Carrillo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.

Sin embargo, visto desde la igualdad en derechos y el reconocimiento de diversas formas de familia, García está de acuerdo con el Matrimonio Igualitario. “¿Por qué solamente a los heterosexuales se les permite tener este derecho?”.

“Este es un tema que no solamente debería ser de interés de las personas gais o lesbianas, sino de todos y todas: se trata de lograr un sistema jurídico que cobije lo humano y no solamente a unas personas”, afirma.

Voces en contra

La teoría queer también tiene opositores. Desde quienes critican que se use una palabra (queer) que no tenga traducción precisa al español, hasta quienes consideran que desconoce las luchas políticas de los movimientos LGBT al cuestionar esas identidades.

Para otros, lo queer no pasa de ser una moda académica, una discusión que está en las nubes y que solamente entienden los académicos al punto de que algunos les preguntan, recuerda Cabrera, “¿por qué no pueden hablar como gente normal?”

“Hay activistas que se sienten intimidados por el lenguaje de la academia. Sienten que este es un espacio excluyente y, en algunos casos, tienen razón. Es importante hacer mayores esfuerzos para dialogar y apoyarse mutuamente”, enfatiza.

También hay críticas más superficiales como quienes aseguran que detrás de todo esto solamente hay unas personas que creen que suenan más interesante definiéndose como queer en vez de como lesbiana o gay.

Sin embargo, tal como lo afirman Fonseca y Quintero en su ensayo, lo que no se puede desconocer es que lo queer procura un mundo sin fronteras y de igualdad de derechos entre personas diferentes: aboga por que cada quien pueda ser quien es, tal y como es.

Declaración de Achim Steiner, Administrador del PNUD, con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia

Justicia y Protección para Todos

El tema de este año para IDAHOT (International Day Against
Homophobia, Transphobia and Biphobia) es la justicia y la
protección para todos, los cuales son fundamentales en la Agenda 2030, los ODS y el compromiso de no dejar a nadie atrás. Les animamos a tod@s a leer la declaración del Administrador para IDAHOT y
compartirla con socios y aliados. La declaración destaca algunos de
los avances logrados en la protección de los derechos de las personas LGBTI, así como los desafíos pendientes.

https://www.undp.org/content/undp/es/home/news-centre/speeches/2019/international-day-against-homophobia–transphobia-and-biphobia.html

Día de la Visibilidad Trans- 31 de marzo

El Día Internacional de la Visibilidad Transgénero es un día que se celebra anualmente el 31 de marzo, dedicado a la sensibilización en contra de la discriminación hacia las personas trans en todo el mundo. La festividad fue fundada por la activista transgénero de Michigan Rachel Crandall en 2009​, como una reacción a la falta de días LGTB que celebren la visibilidad de estas personas.

Las personas trans* siguen siendo las más desconocidas dentro de la comunidad LGTBI+, resultando ser las más vulnerables a la discriminación. La Organización Mundial de la Salud aún considera la trans* una enfermedad mental, como consideraron trastorno la homosexualidad hasta 1990. Sin embargo, los adolescentes y jóvenes trans* merecen poder desarrollar sus identidades y tener una imagen de sí mismos alejada de la patologización. Los colegios y los institutos deben ser espacios seguros para ellas y ellos, y la única manera es aportar una educación en diversidad sexual y de género.

Pflag Panamá reconoce y respeta toda diversidad, y lucha por los derechos humanos de todas las personas, en especial la población LGBTIQ+, por ser una población en riesgo, víctima de discriminación, con mayor tendencia al suicidio.

¿Qué es una persona TRANS?

Transgénero es un término global que define a personas cuya identidad de género, expresión de género o conducta no se ajusta a aquella generalmente asociada con el sexo que se les asignó al nacer.

La identidad de género hace referencia a la experiencia personal de ser hombre, mujer o de ser diferente que tiene una persona.

La expresión de género se refiere al modo en que una persona comunica su identidad de género a otras a través de conductas, su manera de vestir, peinados, voz o características corporales.

El prefijo “trans” se usa aveces para abreviar la palabra “transgénero”. Aunque la palabra transgénero generalmente tiene una connotación positiva, no todas las personas cuyo aspecto o conductas no coinciden con su género se identificarán como personas trans. Las maneras en que se habla sobre las personas trans en el ámbito académico, científico y de la cultura popular están cambiando constantemente, en particular, a medida que crecen la concientización, el conocimiento y la apertura sobre las personas trans y sus experiencias.  

¿Cómo sabe una persona si es transgénero?

Las personas trans experimentan su identidad de distintas formas y pueden llegar a tomar conciencia de su identidad transgenérica a cualquier edad. Algunas personas pueden rastrear sus identidades y sentimientos transgenéricos desde que tienen memoria. Pueden tener sentimientos ambiguos de “no encajar” con otras personas de su sexo asignado o con los deseos específicos de ser algo diferente de su sexo asignado. Otras se dan cuenta de sus identidades trans o comienzan a experimentar y explorar actitudes y conductas desconformes con el género durante la adolescencia o mucho más adelante en sus vidas. Algunas personas trans asumen sus sentimientos transgenéricos, mientras que otras luchan contra sentimientos de vergüenza o confusión. Aquellas que realizan la transición más tarde en sus vidas posiblemente hayan luchado por adaptarse correctamente según su sexo asignado, pero más adelante se han sentido profundamente insatisfechas e infelices. Algunas personas no se sienten conformes con su sexo asignado al nacer, con las características sexuales físicas o con el rol de género asociado con dicho sexo. Estas personas a menudo buscan tratamientos destinados a afirmar el género, pasando por un proceso llamado “transición”.

¿Cómo es la transición?

La transición de un género a otro es un proceso complejo y puede implicar la transición a un género que no sea ni tradicionalmente masculino ni femenino. Las personas que realizan la transición a menudo comienzan por expresar su género preferido en situaciones en las que se sienten seguras. Generalmente, realizan muchos cambios graduales hasta llegar a vivir de manera constante como miembros de su género preferido. No hay una manera “correcta” de realizar la transición entre géneros. Existen algunos cambios sociales comunes que experimentan las personas trans que pueden incluir una o más de las siguientes características:

*Adopción del aspecto del sexo deseado a través de cambios en la manera de vestir y en la manera de presentarse,

*Adopción de un nombre nuevo,

*Cambio de la designación del sexo en documentos de identificación personal (de ser posible),

*Uso de tratamiento con terapia hormonal o sometiéndose a procedimientos médicos que modifican el cuerpo para que coincida con su identidad de género. 

El proceso o transición de cada persona transgenérica es diferente. Por ello, existen muchos factores que pueden determinar la manera en que una persona desee vivir y expresar su identidad de género. Un primer paso importante consiste en encontrar un profesional de la salud mental calificado con experiencia en brindar atención afirmativa para personas trans. Un profesional calificado puede brindar orientación y remitir a otros profesionales que puedan apoyar. También es de mucha ayuda conocer a otras personas trans mediante grupos de apoyo de individuos que estén en el mismo proceso y organizaciones de la comunidad transgénero. 

En Panamá, pueden contactar a la organización Hombres Trans Panamá a través de:

http://www.ftmpanama.com

Twitter: @HT_Panama

Instagram: @hombrestranspanama

Facebook: Hombres Trans Panama

La Verdad Sobre las Terapias de Conversión o Reorientación Sexual

Las Terapias de Conversión sexual, reparativa o también llamadas de “deshomosexualización”, consisten en una serie de métodos no aceptados actualmente por las ciencias de la salud mental, enfocados al cambio de la orientación sexual de personas homosexuales y bisexuales para intentar convertirlos en heterosexuales, o para eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales, incluyendo la modificación del comportamiento. Se suponía que estas supuestas terapias podían modificar la orientación sexual o la identidad de género. Se utilizaron desde principios del siglo XX, cuando se consideraba la homosexualidad era una enfermedad mental. Estas prácticas incluyen métodos como terapia conversacional, terapia de electrochoques y tratan la identidad LGBTQ del mismo modo que se busca remover una adicción al alcohol o a las drogas, y más.

Este tipo de “terapias” son ilegales en varios países y en diferentes estados de Estados Unidos, aunque existen personas de ciertos grupos religiosos, que insisten en querer “curar” a sus hijos de su homosexualidad, como si se tratara de una enfermedad, aunque la homosexualidad fue desclasificada como enfermedad mental en Estados Unidos en 1973, mientras que La Organización Mundial de la Salud lo hizo en 1990. Hace tiempo que la ciencia abandonó la idea de cambiar la orientación sexual de las personas. La mayoría de los científicos está de acuerdo en que no se puede “curar” lo que no es una enfermedad.

Tal como ocurre en otras disciplinas científicas, el desarrollo la psicología no ha estado exento de sesgos y prácticas homófobas. Prueba de ello ha sido la larga y hasta hace poco anulada presencia de la homosexualidad como categoría clínica en psicopatología; así como la creación de sus correspondientes “terapias de conversión”, “terapias reparativas de corrección” o de “reorientación sexual”.

Desde sus inicios, la psiquiatría se propuso como una opción que no era útil para “curar” en esencia, porque lo que hacía era intervenir casos de anormalidad fijada sin fundamento orgánico preciso. ¿Qué podía hacer entonces? Corregir dicha anormalidad, o intentar controlarla. Más allá de disminuir un malestar psíquico, la psiquiatría adquirió una función de protección social; es decir, de procurar el orden ante el peligro que representaba lo que era moralmente colocado como “anormal”. En este contexto, la sexualidad, o más bien la no-heterosexualidad, no quedó fuera de la mirada de la patología. En inicio se controlaba desde lo corporal, y posteriormente desde lo psíquico. Surgió así una estrecha relación entre la moralidad, que se lee en términos estadísticos de normalidad; y la medicina, que se deriva después en psicopatología. Como resultado, la heterosexualidad se ha entendido en muchos contextos como lo normal y sinónimo de salud. Y la homosexualidad como lo anormal y el sinónimo de enfermedad, o en el mejor de los casos, como un trastorno.

Con la llamada “Revolución Sexual”, cobraron visibilidad un montón de vidas, identidades y placeres que ni la moral ni la patología habían logrado capturar, especialmente en Europa y Estados Unidos.  Surgieron con esto las luchas por la igualdad de derechos y por erradicar las formas de discriminación por la orientación sexual. Además, en 1973 la APA* retiró de su compendio de trastornos mentales a la homosexualidad. Hizo lo mismo la OMS hasta el año 1990, y en el primer año de nuestro siglo, también APA rechazó públicamente la puesta en práctica de las terapias de conversión.

Pero simultáneamente, surge una fuerte corriente conservadora que lucha en el sentido contrario, el de negar la diversidad sexual, y aboga por otorgar derechos sólo si la sexualidad se vive de una manera heteronormativa. Ante el problema de cómo hacer que sea heteronormativa, la psicología y la psiquiatría también conservadoras, ofrecen la solución: una serie de terapias de corrección pueden “revertir”, o algunas incluso “curar”, la homosexualidad.

La terapia reparativa surgió por primera vez en 1991, un año después de que la OMS retirase la homosexualidad del compendio de enfermedades. El término se atribuye al psicólogo clínico estadounidense Joseph Nicolosi, quien la planteó como un modelo terapéutico que permitiera cambiar de la homosexualidad a la heterosexualidad. En el fondo la idea de lo “terapéutico” asume de manera generalizada que la homosexualidad es, en realidad, heterosexualidad latente, y que es una condición que genera infelicidad o malestar psíquico importante; con lo cual, hay que corregirla.

A partir de ahí, las terapias de corrección no se plantearon como opciones basadas en una visión integral, comprensiva y respetuosa de la diversidad, que permita explorar los malestares más allá del propio sujeto (por ejemplo, como consecuencia de las dificultades de expresar socialmente la sexualidad), sino como un intento de corregir a la persona porque se vive en una sexualidad no normativa.

En su análisis bioético sobre el tema, Montoya (2006) nos dice que los principales cuestionamientos éticos que por sus daños pueden hacerse a las terapias de conversión, son a grandes rasgos los siguientes:

  • No hay suficiente cuerpo de conocimientos científicamente validado que sostenga la eficacia de las terapias reparativas.
  • Por lo anterior, difícilmente puede sostenerse que hay profesionales realmente capacitados para aplicarlas; se imponen con facilidad criterios ideológicos individuales.
  • En el consentimiento informado se enfatizan las posibilidades de éxito, es decir, las falsas consecuencias reparativas y se minimizan los daños.
  • Parten de la premisa de que la conducta y la identidad homosexual son moralmente inaceptables y por lo tanto una patología.
  • Desconocen el respeto de la autonomía y la dignidad de la persona.
  • Implican técnicas de disuasión a través de reforzar en la persona la idea de que su sexualidad es patológica, inferior o reprobable.
  • No son inocuas: incrementan la homofobia y aumentan el riesgo de suicidio.
  • Desconocen los alcances logrados en derechos humanos, sexuales y reproductivos.
  • Ocultan la diversidad humana.
  • Tergiversan el poder del médico.

TESTIMONIO:

TC., un chico homosexual de 19 años, habló hace dos años con el Huffington Post sobre cómo sobrevivió a las prácticas de las terapias de conversión. Para proteger su integridad, pidió que su nombre real no fuera revelado.

TC. fue obligado a participar en esas prácticas en 2012, cuando tenía 15 años y sus padres se enteraron de su homosexualidad. La terapia de conversión ocurrió en el sótano de una iglesia, después del horario escolar. A él y a sus padres les dijeron que la terapia tendría dos diferentes etapas:

“El primer paso –que suele durar seis meses– es cuando te ‘deconstruyen como persona’. Sus tácticas aún me traumatizan. Incluían terapia de aversión, terapia de choques, acoso y, en ocasiones, abuso psicológico. Su objetivo era que nos odiáramos a nosotros mismos por ser LGBTQ (la mayoría de nosotros éramos homosexuales, pero había todo tipo de jóvenes)”.

“El segundo paso del programa era ‘reconstruir nuestra imagen’. Nos quitaban todo lo que nos hacía únicos como personas y nos hicieron caminar, hablar, ser como robots para complacer a Dios. Nos re-enseñaron todo lo que creíamos saber. Cómo comer, caminar, vestirse, creer, incluso respirar. Al final del programa, ya no éramos personas”.

TC. contó que la terapia de conversión se hacía de lunes a viernes con sesiones de electrochoques que duraban cerca de una hora y con terapia de aversión que duraba hasta tres horas.

El doctor Jack Drescher, especialista en sexualidad y crítico de las terapias de conversión, afirma que hay muchos tipos de prácticas que se usan en este tipo de terapias. “La gente que las hace ha intentado todo tipo de cosas, porque ninguna realmente funciona”, aseguró el experto al Huffington Post. Drescher también dijo que la mayoría de las investigaciones sobre terapias de conversión se ha centrado en adultos que han experimentado esas sesiones, y que hay poca investigación alrededor de jóvenes LGBTQ que están, actualmente, en esas terapias.

“Algunos chicos han contado que huyeron de casa; hay casos de jóvenes que se suicidaron, cuando su familia se enteró de su sexualidad y se les obligó a ir a terapias de conversión. Son reportes anecdóticos, pero son anécdotas perturbadoras”, según el Dr. Drescher. Aunque no hay datos que relacionen la tasa de suicidios entre jóvenes LGBTQ con las terapias de conversión, los expertos sí han comprobado que el suicidio es una epidemia entre la comunidad gay, con tasas que son cuatro veces más altas que los chicos heterosexuales. Incluso, la mitad de las personas trans han considerado el suicidio al menos una vez en su vida.

Reflexionando y leyendo sobre el tema, es curioso ver que hubo un tiempo en que las personas no creían que cambiar la sexualidad de una persona fuera dañino. De hecho, hasta la década de los 90, muchos terapistas de conversión anunciaban públicamente sus servicios y muchas organizaciones de profesionales de la salud mental no levantaron la voz contra esa práctica. Actualmente, no hay organizaciones psiquiátricas serias que vean a las terapias de conversión como prácticas aceptables. “La gente que ofrece ese tipo de tratamientos a menudo no están certificadas, según opiniones. “No hay ninguna regulación gubernamental que avale el trabajo que hacen”.

En conclusión, la terapia de conversión puede causar serios daños. Muchas veces, la juventud LGBTQ que iba a esas sesiones era engañada con el cuento de que era una gran oportunidad para ganar confianza en sí mismo y autoestima, obtener el apoyo de su familia y de otros adultos, y tener una adolescencia ‘normal’ con parejas y amigos. A largo plazo, las consecuencias negativas de las sesiones tuvieron consecuencias extremadamente serias como el abuso de alcohol y drogas, abandonar la escuela, depresión e intentos de suicidio.

Es importante hacer llegar esta información a los padres y familiares de jóvenes LGBTIQ, que aún crean que tener una identidad de género no normativa o una orientación sexual diferente de lo común, es pecado, es enfermizo y es “curable”. Podremos evitar daños irreversibles a dichos jóvenes, que necesitan ser reconocidos como “normales”, con derechos iguales a todos y no como enfermos. El mundo será mucho más feliz cuando todos aceptemos la diversidad del ser humano y dejemos los prejuicios.

En los siguientes paises son prohibidas y/o penalizadas las terapias de reorientación sexual:

1. Australia

En un estado en Australia, Victoria, está prohibida la terapia de conversión gay desde febrero de 2017.

2. Brasil

Prohibieron la terapia de conversión en 1999, fue el primer país del mundo en hacerlo.

3. China

Debido a los métodos de conversión brutales y extremos que incluyen tortura, internamiento forzado, terapia de electroshock y violencia sexual, la terapia de conversión se convirtió en ilegal en China.

4. Ecuador

Ninguna ley define explícitamente que la terapia de conversión está prohibida en el país, pero está incluida en la ley de 1999 que prohíbe la discriminación contra los homosexuales.

5. Sudáfrica

Hubo incidentes en los que el asesinato, el maltrato infantil y el asalto en los procesos de terapia de conversión, derivaron en la prohibición definitiva en este país.

6. España

La terapia de conversión se prohibió en las comunidades autónomas de Madrid y Valencia.

7. Taiwán

El 13 de mayo de 2016, la Oficina de Salud del gobierno de la ciudad de Taichung solicitó a todas las instituciones médicas en Taichung que no participen en la terapia de conversión. Algo es algo.

8. Estados Unidos

En Washington sigue pendiente un proyecto de ley de terapia de conversión que prohibiría a los profesionales de la salud tratar de convertir la sexualidad de un menor.

9. Reino Unido

El gobierno de Reino Unido planea prohibir la llamada terapia de conversión de gays como parte de un esfuerzo para contrarrestar la intolerancia y la discriminación.

10. Otros países

En tanto, en un gran número de países aún no tienen claro cómo prohibir la terapia de conversión, incluidos Argentina, Fiji y Samoa, ya que estos países sí prohíben la terapia de conversión pero prohíben cualquier diagnóstico médico basado exclusivamente en la orientación sexual de una persona.

Canadá, por ejemplo, no prohíbe a las personas someterse al proceso de terapia de conversión, pero casi la mitad de la población vive en regiones con leyes locales que prohíben la práctica.

En India, la Sociedad de Psiquiatría de la India (IPS) emitió una declaración en la que pedía una prohibición de la terapia de conversión, pero hasta el momento no se ha emitido nada del gobierno.

Finalmente, Irlanda y Líbano también pertenecen a la misma categoría, ya que se oponen a la terapia, pero no se ha hecho ningún anuncio oficial al gobierno

Fuentes:                                                                                      

*Montoya, G. (2006). Aproximación bioética a las terapias reparativas. Tratamiento para el cambio de la orientación homosexual. Acta Bioethica, 12(2): 199-210.

*APA: American Psychological Association (Asociación Estadounidense de Psicología)

APA (2000). Position Statement on Therapies Focused on Attempts to Change Sexual Orientation (Reparative or Conversion Therapies). APA Official Actions. Recuperado 25 de julio de 2018. Disponible en position statement on therapies focused APA.

En Angola se Despenaliza la Homosexualidad

en angola se despenaliza la homosexualidad

El pasado 23 de Enero, el Parlamento de Angola reformó su Código Penal, vigente desde 1886, despenalizando la relación homosexual, garantizando ahora que nadie puede ser penalizado por discriminación por motivos de orientación sexual.

Las nuevas normas penales de Angola reemplazarán el Código Penal establecidas en su momento por la administración colonial portuguesa, de fecha 1886, en el que, en primer lugar, en el párrafo cuarto del artículo 71, se establece que las medidas de seguridad (detención) serán “aplicadas a los que se entreguen habitualmente a la práctica de vicios contra natura”.

Se trata de la segunda vez que el Gobierno angoleño de João Lourenço, Presidente desde septiembre de 2017, aprueba una medida contra la discriminación por orientación sexual, después de que en junio de 2018 haya legalizado la Asociación Iris Angola, que defiende la causa LGBT

En el mismo articulado se penaliza por discriminación por motivos de raza, color, etnia, lugar de nacimiento, sexo, orientación sexual, enfermedad o discapacidad física o psíquica, creencia o religión, convicciones políticas o ideológicas, condición u origen social, o cualquier otra forma de discriminación “, se lee en el nuevo articulado.

En el mismo sentido, el nuevo Código Penal de Angola, que puso fin a 133 años de vigencia del anterior -aunque con adiciones a lo largo del tiempo-, indica también que quien se niegue a emplear a una persona en función de la orientación sexual podrá ser condenado a una pena máxima de dos años.

Sin embargo, el nuevo Código Penal angoleño aún no aborda ni prevé ninguna medida legislativa clara sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como de otras incidencias relacionadas con la temática LGBT. Consideramos que es un gran paso el que otro país tome medidas anti- discriminación, caminando hacia un mundo más igualitario.

¿Qué es Género fluido? ¿Otro término más?

identidad de género

A veces parece que cada vez hay más términos para definir la manera en que una persona se percibe a sí misma en relación con su sexo biológico (femenino, masculino e intersexual) y cómo se siente respecto a su atracción emocional, afectiva y sexual por otras personas, pero no es una situación compleja o inútil, aunque lo parezca. Tiene una razón: los jóvenes de hoy quieren explorar, entender quiénes son, con qué seres prefieren compartir su existencia. Ya no tienen, al menos los que habitan en ciudades, los mismos prejuicios que sus padres y sus abuelos. Ven con mayor naturalidad la diversidad, la comprenden, buscan su lugar o de plano se lo inventan.

En el futuro, probablemente les ayudará a estos jóvenes a no poner etiquetas (a fin de cuentas, somos únicos e irrepetibles) pero sí a encontrar un espacio en este mundo, a relacionarse con personas semejantes, a poder explicar la manera en que perciben a los demás, a exigir el respeto por sus derechos, tanto humanos como sexuales y reproductivos. Los inspirará a buscar mayor información, a sentirse acompañados.

Entre los términos contemporáneos se encuentra uno que puede ser confuso, pero es lo de hoy, debido a que varias estrellas de Hollywood se han ubicado en él: se trata del “género fluido”. Hablamos de personas que nacen con rasgos morfológicos de un sexo biológico, pero deciden no incluirse en ningún género binario (hombre o mujer). De esta forma, el género fluido no se define por su orientación sexual o por la presencia de ciertos rasgos sexuales, sino por un apego de identidad hacia ambos géneros convencionales. Hay personas que no sienten que pertenezcan ni a un sexo ni al otro. Es decir, hay cosas que les gustan de ser  hombres pero otras que les desagradan, por lo que no se sienten a gusto ejecutando roles o luciendo como los de ese sexo, aunque tampoco es que se vivan del todo como  mujeres.

Se ha enseñado históricamente que los humanos se dividen en categorías binarias, hombres y mujeres, que deben sentir atracción sentimental y erótica hacia sus opuestos y que deben comportarse a partir de ciertas reglas impuestas a partir de qué clase de órganos nacen, es decir, de acuerdo a su sexo. Pero el ser humano no es binario en ninguna de sus características, pues en tanto que caracteres biológicos, son diversas.

El psicólogo clínico, Fabio Navarro describe de qué trata el término género fluido como sigue: “Son las personas que no creen que solo hay opciones de sexo, hombre o mujer, que sienten que no deben limitarse, que juegan con las dos opciones y así viven su sexualidad. Las dos opciones los pueden representar, pero teniendo en cuenta con que no hay etiquetas, como hombre y mujer, ya que eso sería limitarse”.

Las personas que se identifican en el género fluido borran las barreras de lo binario, disfrutando de su sexualidad e identidad sin encasillarse en lo masculino y femenino, en otras palabras, como si el género no existiera.

Dictionary.com y Urban Dictionary agregaron el término en los últimos diez años. Asimismo, diferentes celebridades han sido clasificadas entre el género fluido, como David Bowie en sus inicios, Steven Tyler, vocalista de Aerosmith, la actriz Tilda Swinton o la cantante pop, Miley Cyrus.

Tomado parcialmente de: http://www.milenio.com/blogs/qrr/el-genero-fluido