Diversidad Sexual en Panama

Situación Actual

Pride Panamá 2019

La homosexualidad en Panamá ha evolucionado en su situación legal, y ya no es un delito penalizado desde al año 2008, aunque las parejas del mismo sexo no tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales. La despenalización de la homosexualidad se produjo el 31 de julio de 2008, cuando entró en vigencia el Decreto presidencial Número 332 en el cual se derogó el artículo 12 del Decreto N º 149 del año 1949,​ que penalizaba las relaciones homosexuales. También se igualó la edad de consentimiento sexual LGBT con la heterosexual en 18 años de edad. Antes de esto, todo acto homosexual era considerado un delito bajo el cargo de sodomía y cuyas sanciones iban desde multas hasta prisión con penas que fluctuaban entre 1 mes y 1 año de presidio efectivo.

En Panamá aún no existe un reconocimiento hacia las parejas homosexuales. En el año 2004, se rechazó una propuesta de uniones civiles gay principalmente debido a la presión de la Iglesia católica sobre el gobierno panameño. Sin embargo, en el Tribunal Supremo hay en la actualidad cuatro demandas de parejas del mismo sexo que han contraído matrimonio en otros países y no hay hasta el momento ninguna decisión. En 2018, a raíz de la Opinión Consultiva 24, emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se esperaba mayor rapidez en las decisiones sobre el tema, pero todavía en Panamá no hay “matrimonio igualitario”, que es una de las luchas de la población LGBT en el país, para obtener los mismos derechos civiles de las parejas heterosexuales.

Panel sobre la Opinión Consultiva 24. (12-3-18)

En cuanto al tema de identidad de género, de acuerdo con la legislación vigente en Panamá, el cambio de género está amparado en el artículo 12 de la Ley No. 31 de 2006 que regula la corrección de sexo en las inscripciones de nacimiento. Previamente a esta norma ya existía la Ley No. 100 de 1974, que también contemplaba el cambio de sexo en los documentos de identificación. Sin embargo, en ambos casos las leyes aplican para los errores al momento de consignar el sexo en las inscripciones de nacimiento o en el parte clínico, por lo que las mismas no fueron elaboradas expresamente para los casos de transexualidad. Por lo tanto, las personas transgénero no pueden cambiar el género colocado en su cédula, pasaporte o cualquier documento legal, por lo cual se les presentan muchos problemas diariamente, cada vez que deben presentar dicho documento, que no coincide con la apariencia ni sentir de la persona. La ley de identidad de género es otra lucha que ya se ganó en países como Argentina, Chile y Uruguay.  

 Según la Ley de Identidad de Género, toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;

c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.

En Panamá, el Registro Civil autoriza el cambio de género sólo cuando se haya cumplido con el requisito exigido de la cirugía de reasignación de sexo.

“En diciembre de 2016, la Cancillería dio contestación a la nota enviada por la Secretaría de la CIDH, fechada el 12 de agosto de 2016, en la que presenta la solicitud de Opinión Consultiva N° 24 accionada por Costa Rica sobre el reconocimiento del cambio de nombre y los derechos patrimoniales de acuerdo a la identidad de género y orientación sexual.

En la escueta carta, de una sola página, Panamá indicó que ‘actualmente el Estado panameño no cuenta con legislación avanzada o especializada en los temas sobre cambio de nombres por razón de género ni sobre derechos patrimoniales entre parejas del mismo sexo. Sin embargo, quedamos a la espera de los resultados de la debida opinión consultiva que puedan servir de guía en estos temas tan relevantes en la actualidad’. La respuesta estuvo a cargo de Farah Urrutia, directora de Asuntos Jurídicos y Tratados de la Cancillería”. (La Estrella de Panamá, 13-03-18)

Pflag Panamá en Desfile Pride 2018

En cuanto al cambio de nombre, es posible hacerlo, cumpliendo ciertos requisitos. Ya varias personas han logrado el cambio de nombre en su cédula de identidad, aunque sigue apareciendo el género asignado al nacer.

De acuerdo a información del Tribunal Electoral, en 2016 el Registro Civil le había autorizado a 13 panameños, cambiar sus nombres de nacimiento por motivos relacionados a su sexualidad. Tres de dichos casos fueron solicitados y aprobados producto de situaciones de intersexualidad (anteriormente denominado hermafroditismo), mientras que los otros 10 cambios aprobados obedecieron a razones de reasignación sexual. Estas personas tuvieron que demostrar y comprobar ante un médico forense que tienen un sexo distinto al consignado en su inscripción de nacimiento.

Estos cambios fueron posibles porque el artículo 117 del Texto Único de la Ley de Registro Civil (Ley 31 de 2006 y sus modificaciones), lo permiten.

Por otro lado,  todo ciudadano interesado en cambiar su nombre por uso y costumbre en la identidad legal puede hacerlo, sí cumple los requisitos que estable esta ley. Por ejemplo, cada solicitante debe demostrar haber usado el nuevo nombre durante cinco años consecutivos. Este trámite implica un costo y un abogado. Sin embargo, el cambio de nombre, no necesariamente, implica el cambio de género en la cédula de identidad personal. Esto se puede dar cuando el solicitante sufre de hermafroditismo o demuestra que se realizó una cirugía de reasignación sexual.,

A pesar de que Panamá tiene retraso con respecto a otros países de América Latina con respecto a la protección de los Derechos Humanos de las personas de la diversidad sexual, se ha avanzado poco a poco. Hay mayor apertura y más inclusión en algunos sectores, se habla más del tema y hay mayor visibilidad de las personas de la diversidad. Algunas figuras públicas muestran su apoyo abiertamente y cada año surgen más organizaciones que luchan por esos derechos. Esperamos y trabajamos por un país más inclusivo y donde no exista discriminación hacia ninguna persona, por su raza, nacionalidad, color de piel, religión o por su orientación sexual e identidad de género.

Izada de la bandera LGBT 2018.
Bandera LGBT en la residencia del Embajador de Gran Bretaña. Junio 2019

“Lo de Menos es que mi Hijo Sea Gay, lo Importante es él Como Ser Humano”

Tomado de: Sentiido *(Género, diversidad sexual y cambio social)

Saber que su hijo era homosexual llevó a Gloria Ruíz a crear FAUDS (Familiares y amigos unidos por la diversidad sexual y de género), organización que trabaja para que más papás de personas LGBT recuerden que el amor por sus hijos es incondicional.

¿Qué hice mal?” es la pregunta que muchos papás se formulan cuando se enteran de que uno de sus hijos es lesbiana, gay, bisexual o trans (LGBT). “¿En qué fallé?” se repiten una y otra vez, seguros de que una orientación sexual no heterosexual o una identidad de género trans son una fase, una moda o un error que pueden corregirse.

Consecuencias de estas ideas: papás que no aceptan a sus hijos como son, discusiones permanentes, maltrato, retiro del apoyo económico, “echadas” de la casa y hasta divorcios: “tú estabas ausente y por eso la niña no tuvo una figura masculina fuerte” o “tú le permitiste jugar con muñecas y por eso se volvió marica“. En otras palabras, los papás intentan encontrar una causa a algo que no lo tiene. (Ver: Nace o se hace, ¿importa?).

Para evitar que tantas familias pasen por momentos tan innecesariamente dolorosos, en 2006 nació FAUDS (Familiares y amigos unidos por la diversidad sexual y de género) en Medellín.

Su objetivo: superar prejuicios como que la homosexualidad es un pecado, un trastorno o una enfermedad, a través del amor incondicional que los padres sienten por sus hijos y del respeto que todas las personas merecen. (Ver: “La vida y Dios me premiaron con un hijo gay”).

Seguir leyendo el artículo en su fuente original: https://sentiido.com/lo-de-menos-es-que-mi-hijo-sea-gay-lo-importante-es-el-como-ser-humano/

La Transexualidad fue Eliminada de la Lista de Trastornos mentales por la OMS

Uno de los problemas más graves que ha tenido la población LGBTIQ+ ha sido el de ser considerados como personas “enfermas”, anormales. Muchos padres han sometido a sus hijos e hijas homosexuales a toda clase de terapias humillantes para “convertirlos” en personas “normales”, según ello, su iglesia o su psicólogo, y la lucha ha sido fuerte para educar y para informar acerca del tema y que la orientación sexual o la identidad de género no son trastornos mentales.

En la actualidad, cada vez se realizan mas estudios que comprueban que todo es parte de la diversidad sexual y que merece respeto.

En 1973 el DSM ( Manual de Trastornos Mentales), cambió la palabra “homosexualidad” a “perturbación de la orientación sexual”, luego lo modificó por “homosexualidad ego-distónica”, para finalmente eliminar por completo del manual algún término relacionado con la homosexualidad, en 1987.
El DSM también ha hecho modificaciones importantes en la clasificación de la transexualidad. En 1968 estaba categorizada bajo los “trastornos psicosexuales”, en 1990 pasó a denominarse como “trastornos de la identidad sexual y de género”, y en la última versión se volvió a cambiar a “disforia de género”, pero haciendo una importante aclaración que el diagnóstico solo se debe utilizar en los casos de las personas que sufren de altos niveles de estrés y de disfunción.

El 18 de Junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la transexualidad como una enfermedad mental en la primera actualización de su Clasificación Internacional de Enfermedades en casi tres décadas.

Tras once años de trabajos, la OMS decidió que la transexualidad salga del apartado de enfermedades mentales -algo que llevaban años reclamando las asociaciones LGTBI-, y entre en el de los comportamientos sexuales. La Organización dio a conocer la nueva versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, conocida como CIE-11, que sustituye a la versión anterior publicada hace ya 18 años. El CIE-11 representa un importante hito en la clasificación de las enfermedades y trastornos conocidos e incluye más de 55.000 códigos, los cuales ayudan a registrar, monitorear y facilitar la comunicación médica de los distintos tipos de enfermedades. 

El CIE es un manual mucho más amplio que el DSM, que se especializa en trastornos mentales, e incluye cada enfermedad y condición conocida. La transexualidad permanece dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades para que su tratamiento no salga de los sistemas públicos de salud. La Organización Mundial de la Salud asume así una reivindicación histórica de las organizaciones de presión LGTBI.

El director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la Organización Mundial de la Salud, Shekhar Saxena, afirmó: “Queremos que las personas que padecen estas condiciones puedan obtener la ayuda sanitaria cuando la necesiten”. Pero deja de ser considerada una enfermedad mental “porque no hay evidencias de que una persona con un desorden de identidad de género deba tener automáticamente al mismo tiempo un desorden mental, aunque suceda muy a menudo que vaya acompañado de ansiedad o depresión”.

Aunque se haya clasificado dentro de las enfermedades, ya no se considera una enfermedad mental, lo cual era motivo de estigmatización hacia estas personas en muchas regiones.

¿Qué es Género fluido? ¿Otro término más?

identidad de género

A veces parece que cada vez hay más términos para definir la manera en que una persona se percibe a sí misma en relación con su sexo biológico (femenino, masculino e intersexual) y cómo se siente respecto a su atracción emocional, afectiva y sexual por otras personas, pero no es una situación compleja o inútil, aunque lo parezca. Tiene una razón: los jóvenes de hoy quieren explorar, entender quiénes son, con qué seres prefieren compartir su existencia. Ya no tienen, al menos los que habitan en ciudades, los mismos prejuicios que sus padres y sus abuelos. Ven con mayor naturalidad la diversidad, la comprenden, buscan su lugar o de plano se lo inventan.

En el futuro, probablemente les ayudará a estos jóvenes a no poner etiquetas (a fin de cuentas, somos únicos e irrepetibles) pero sí a encontrar un espacio en este mundo, a relacionarse con personas semejantes, a poder explicar la manera en que perciben a los demás, a exigir el respeto por sus derechos, tanto humanos como sexuales y reproductivos. Los inspirará a buscar mayor información, a sentirse acompañados.

Entre los términos contemporáneos se encuentra uno que puede ser confuso, pero es lo de hoy, debido a que varias estrellas de Hollywood se han ubicado en él: se trata del “género fluido”. Hablamos de personas que nacen con rasgos morfológicos de un sexo biológico, pero deciden no incluirse en ningún género binario (hombre o mujer). De esta forma, el género fluido no se define por su orientación sexual o por la presencia de ciertos rasgos sexuales, sino por un apego de identidad hacia ambos géneros convencionales. Hay personas que no sienten que pertenezcan ni a un sexo ni al otro. Es decir, hay cosas que les gustan de ser  hombres pero otras que les desagradan, por lo que no se sienten a gusto ejecutando roles o luciendo como los de ese sexo, aunque tampoco es que se vivan del todo como  mujeres.

Se ha enseñado históricamente que los humanos se dividen en categorías binarias, hombres y mujeres, que deben sentir atracción sentimental y erótica hacia sus opuestos y que deben comportarse a partir de ciertas reglas impuestas a partir de qué clase de órganos nacen, es decir, de acuerdo a su sexo. Pero el ser humano no es binario en ninguna de sus características, pues en tanto que caracteres biológicos, son diversas.

El psicólogo clínico, Fabio Navarro describe de qué trata el término género fluido como sigue: “Son las personas que no creen que solo hay opciones de sexo, hombre o mujer, que sienten que no deben limitarse, que juegan con las dos opciones y así viven su sexualidad. Las dos opciones los pueden representar, pero teniendo en cuenta con que no hay etiquetas, como hombre y mujer, ya que eso sería limitarse”.

Las personas que se identifican en el género fluido borran las barreras de lo binario, disfrutando de su sexualidad e identidad sin encasillarse en lo masculino y femenino, en otras palabras, como si el género no existiera.

Dictionary.com y Urban Dictionary agregaron el término en los últimos diez años. Asimismo, diferentes celebridades han sido clasificadas entre el género fluido, como David Bowie en sus inicios, Steven Tyler, vocalista de Aerosmith, la actriz Tilda Swinton o la cantante pop, Miley Cyrus.

Tomado parcialmente de: http://www.milenio.com/blogs/qrr/el-genero-fluido