En qué consisten, riesgos y dificultades
La cirugía de confirmación de sexo es un término que se refiere a los procedimientos quirúrgicos mediante los cuales se modifican los genitales por nacimiento de una persona para que sean como los del género con el que la persona se identifica. Esta cirugía suele realizarse a personas Transgénero que optan a ella como parte de su confirmación de sexo.
También se realiza en casos de intersexualidad, aunque en una declaración de 2013, la Organización de las Naciones Unidas condenó la aplicación sin consenso de la cirugía de “normalización” para el tratamiento de la intersexualidad. El proceso se conoce por varios nombres, tales como cirugía de reasignación sexual (“CRS”), cirugía de reasignación de género, cirugía de reconstrucción genital y cirugía de reasignación genital, entre otros términos médicos como, por ejemplo, “genitoplastia feminizante” o “penectomía”, “orquiectomía” y “vaginoplastia”, que en el ámbito clínico se utilizan para las mujeres transgénero. Para los hombres transgénero se emplea “genitoplastia masculinizante”, “metoidioplastia o faloplastia”.
La Asociación Mundial por la Salud Transgénero (World Professional Association for Transgender Health) (WPATH), definió a la cirugía de reasignación de sexo como aquella que incluye cualquiera del gran número de procedimientos quirúrgicos realizados como parte de tratamientos médicos de la “disforia de género”, “transexualidad” o “trastorno de identidad de género”. Según la WPATH, las cirugías de reasignación de género clínicamente necesarias incluyen “histerectomía total, mastectomía bilateral, reconstrucción o aumento de pecho, incluyendo prótesis de pechos si es necesario, reconstrucción genital (por medio de varios métodos que deben adaptarse a cada paciente) y algunas cirugías plásticas de reconstrucción facial.” Además, la WPATH considera que otros procedimientos no quirúrgicos también pueden ser tratamientos médicos necesarios, lo que puede incluir depilación láser o fotodepilación facial.
Las CSR son demandadas cada vez más, a medida que se reconoce la transexualidad en muchos ámbitos de la sociedad, por eso es interesante conocer en qué consisten, sus riesgos y resultados.
Las personas transexuales son personas cuyo sexo biológico no coincide con el que ellas experimentan o sienten como propio. Así, hay transexualidad femenina y transexualidad masculina. Estas personas requieren tratamientos de diversos tipos, incluido el psicológico, endocrinológico y puede que la cirugía, pero no necesariamente. No todas las personas transexuales se realizan la cirugía de confirmación de género, por diversos motivos.

Venus Tejada, mujer trans panameña, fundadora y presidenta de la Asociación panameña de Personas Trans en Panamá
Se tiene registro de que las primeras cirugías de resignación de sexo (CRS) datan de principios del siglo XX. Uno de los casos más famosos fue en Alemania en 1930. Fue el caso de Lili Elbe, conocida mundialmente por la película “La Chica Danesa”. Ella se convirtió en la primera persona en someterse a una CRS en una época en la que no existían la tecnología ni los conocimientos suficientes para realizarla totalmente con éxito. Hoy en día se requiere un tratamiento largo pero necesario para someterse a una cirugía de reasignación de sexo. A continuación te explicamos algunas cosas que se deben saber sobre esta práctica.
Previo a realizarse una CRS, el paciente debe someterse a estudios psicológicos. Desafortunadamente, muchas personas de la comunidad LGBTIQ+, en especial las personas trans, sufren de discriminación, agresiones físicas, abusos y rechazo social, por lo que es indispensable realizar las pruebas psicológicas. Por otro lado, las cirugías son irreversibles, por lo cual la persona debe estar totalmente segura antes de operarse.
Por lo general, hay un equipo médico formado por psicólogo, psiquiatra, endocrinólogo y el cirujano.
Las mujeres trans inician un tratamiento hormonal a base de estrógenos, que producen cambios en el organismo que se perciben a los pocos meses, como disminución del vello corporal, aumento de las mamas, incremento de la grasa corporal en las caderas y reducción de la fertilidad.
Los hombres trans deben tomar un tratamiento hormonal a base de la hormona masculina testosterona, para realizar cambios en el organismo como aumento de vello corporal, cambio de la voz hacia ligeramente grave, aumento de la masa muscular, disminución de las mamas, ausencia de la menstruación y una disminución en los niveles de producción de hormonas femeninas.
Tipos de Cirugía en las personas Trans femeninas:
En muchos casos, se someten a cirugías de varios tipos. En el caso de los trans femeninos, está la cirugía de aumento de pecho a través de implantes mamarios (mamoplastia), y cirugías estéticas feminizantes en la cara como Mentoplastia (del mentón), Rinoplastia (de la nariz) o Lifting frontal. También está la cirugía de la laringe, para adecuar la voz y hacerla más fina. Además de la parte quirúrgica, se requiere tratamiento hormonal, para que se produzcan ciertos cambios en el organismo.
La CRS se denomina Vaginoplastia y la manera más común de realizarse es por inversión peneana. La vagina y la vulva son construidas a partir de la inversión de la piel del pene y del escroto respectivamente.

Tipos de cirugías en las personas Trans masculinas:
Las personas que nacen con sexo biológico femenino pero se identifican como hombres, son transexuales masculinos. En estos casos, se realiza la mastectomía para eliminar los pechos y construir un tórax masculino. En cuanto a los genitales, se puede realizar una Metaidoiplastia, que consiste en una intervención quirúrgica para la construcción de un pene. En estos casos, el clítoris se agranda hormonalmente y a partir de allí se construye un pene pequeño, funcional en parte, pero no para penetración. Otro método consiste en la Faloplastia, que usa tejido del antebrazo o de la pierna, para construir un pene más largo y en una segunda intervención, el uso de prótesis testiculares. A veces se utiliza una prótesis peneana.
La CRS también suele incluir la extirpación el resto del aparato reproductor femenino (útero y ovarios).

RIESGOS:
Estas cirugías, así como los tratamientos previos y posteriores, son sumamente costosos. Por ello muchas personas acuden a personas que no están capacitadas o las realizan en espacios no adecuados, poniendo en riesgo su integridad y su vida. Tanto el tratamiento hormonal como la cirugía de reasignación de sexo deben ser realizados por los expertos y con las indicaciones señaladas por ellos, así como en lugares adecuados. También es común que algunas personas consuman hormonas sin supervisión médica, al no tener los medios económicos suficientes y por desesperación, lo que podría causar graves daños al organismo, como la aparición de cáncer, daños hepáticos, entre otros.
Muchos cirujanos operan en pequeñas clínicas privadas que no pueden tratar de manera adecuada con posibles complicaciones que pudieran surgir, en el caso de pacientes que son VIH positivos. Algunos cirujanos cobran más por operar a pacientes con VIH y hepatitis C; otros profesionales de la medicina afirman que es poco ético denegar la cirugía o el tratamiento hormonal a personas transgénero solamente por su estatus de VIH y hepatitis C positivo.
Otras condiciones de salud como la diabetes, problemas de coagulación y obesidad generalmente no representan ningún problema para los cirujanos experimentados. Sin embargo, estas patologías sí incrementan los riesgos de la anestesia y la probabilidad de complicaciones post-operatorias. Los cirujanos pueden requerir que los pacientes con sobrepeso reduzcan su peso antes de la cirugía, que todo paciente interrumpa su tratamiento de reemplazo de hormonas antes de la cirugía y que los pacientes fumadores se abstengan de fumar antes y después de la cirugía. En general, los cirujanos especifican lo mismo en diversos tipos de cirugías.
DIFICULTADES:
La cirugía de reasignación de sexo es difícil de conseguir debido a lo costoso y la escasez de especialistas. Sin embargo se está incrementando la cantidad de cirujanos que en la actualidad se están formando para realizar estas operaciones. En muchas regiones la búsqueda de un profesional se rige por documentos llamados “Estándares de Atención a la Salud de los Transexuales, Transgénero, y personas no conformes con su género”. El más difundido de estos manuales es publicado y revisado por la WPATH, anteriormente denominada Asociación internacional Harry Benjamin para la disforia o HBIGDA.
Los manuales de asistencia generalmente especifican ciertos requisitos mínimos como líneas guía para poder seguir adelante con el tratamiento de la transexualidad, como empezar los tratamientos hormonales sustitutivos y proceder a determinadas cirugías. Por ello estos manuales de asistencia son polémicos y criticados por las personas que quieren acceder a la cirugía con mayor rapidez. La mayoría de los cirujanos especialistas de Nortemérica y Europa se adhieren al procedimiento de alguno de estos manuales. La mayoría de los cirujanos exige dos informes de recomendación para proceder a una cirugía de reasignación de sexo. Al menos uno de estos informes debe ser de un profesional experimentado en salud mental que haya diagnosticado un desorden de identidad de género, y que conozca al paciente al menos hace un año. En los informes deben afirmar que la cirugía de reasignación de sexo es el modo adecuado para tratar al paciente.
Muchos profesionales médicos y numerosas asociaciones profesionales afirman que no se debería exigir las operaciones quirúrgicas para permitir a las personas transexuales cambiar su sexo en los documentos de identidad. Sin embargo, en muchos países, como es el caso de Panamá, se exige un certificado de haberse sometido a estas cirugías para poder realizar el cambio de identidad en los documentos públicos, y en otros ni siquiera es posible el cambio aun habiéndose completado la cirugía genital.